Querido amigo y amiga:

Cuando Jesús se refiere al futuro, dice: "no se turbe vuestro corazón" (Juan 14:1). Sí, va a haber un tiempo de angustia, pero al mismo tiempo se producirán cuatro hechos gloriosos:

(1) "Será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin" (Mat. 24:14). Por lo escrito en Marcos 14:9 es fácil comprender que ese "evangelio" ha de incluir la historia de María Magdalena, esa devoción demostrada al lavar los pies de Jesús con sus lágrimas, que significa las antípodas de la tibieza laodicense.

(2) El gran "ángel" de Apocalipsis 18:1-4 proclamará el mensaje que va a alumbrar toda la tierra con la gloria del Señor (vers. 1-4). El mensaje demostrará finalmente ser "poder de Dios para salvación" (Rom. 1:16). Siervos de Dios, dotados de poder de lo alto, con rostros iluminados, brillando con santa consagración, avanzarán predicando el mensaje celestial. Un poder convincente moverá a los de corazón sincero. Dios estará en la obra, y todo santo estará libre de temor a las consecuencias y seguirá las convicciones de su propia conciencia, uniéndose con los que guardan todos los mandamientos de Dios. El temor a los parientes o a la penuria económica habrán perdido su poder. Un sinnúmero de personas tomará posición, preparándose para la venida de Cristo.

(3) "El profeta Elías" vendrá de nuevo "antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón..." (Mal. 4:5 y 6). La obra del Señor avanzará con eficiencia, estará caracterizada por el equilibrio y el poder, en un grado en el que el pueblo de Dios ha estado por milenios ansioso por ver. Será una demostración de lo que es la fe que obra por el amor (Lucas 7:50; Gál. 5:6), y que logra cambiar los corazones de quienes la reciben con provecho.

(4) Las palabras de Jesús hallarán por fin su pleno cumplimiento: "Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo" (Juan 12:31 y 32). Muchos "Pablos" acudirán a "Corinto", y como el apóstol, no predicarán otra cosa que no sea Cristo, y Cristo crucificado (1 Cor. 2:1-5).

El que dio testimonio de estas cosas, dijo: "Ciertamente vengo en breve" (Apoc. 22:20). ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!

R.J.W.