Querido amigo y amiga:

La solemne promesa divina de enviarnos "al profeta Elías antes que venga el día de Jehová, grande y terrible" (Mal. 4:4 y 5) intriga al pueblo de Dios en todo el mundo. ¿En qué se va a especializar "Elías"? ¿En decapitar a los "profetas de Baal"? (tenemos algunos de ellos, por toda evidencia). Malaquías responde que no será esa su especialidad. Su obra "hará volver el corazón" de personas enemistadas, poniéndolas nuevamente en armonía. El ministerio de la reconciliación está claramente descrito en la oración de Elías en el monte Carmelo: "Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, Jehová [distinguiéndolo claramente de los Baales], eres el Dios, y que tú haces que su corazón se vuelva a ti" (1 Rey. 18:37).

"Que su corazón se vuelva a ti" es equivalente a reconciliación. Tiene su expresión plena y final en el Día de las Expiaciones en el que estamos viviendo, y nada que no sea la proclamación del amor de Cristo puede constreñir al corazón seducido y encaprichado por los placeres de este mundo, con sus casas, automóviles, vestidos y entretenimientos, y que a pesar de eso, ¡quisiera estar preparado para la segunda venida de Cristo! No existe cantidad suficiente de amenazas de castigo, degüello o perdición, capaz de hacer que "el corazón se vuelva" de la esclavitud del yo a la verdadera adoración a Dios. Por lo tanto, el mensaje de los nuevos "Elías" no podrá centrarse en torno a otra cosa que no sea a "Jesucristo, y a este crucificado" (1 Cor. 2:1 y 2).

Por impensable que parezca, va a desencadenar las iras de los modernos "Acab y Jezabel". "Elías" volverá a lograr que los fieles salgan de su discreto y silencioso anonimato. Las buenas nuevas son ahora que aquellos 7.000 que eran ya fieles, pero que no habían encontrado hasta entonces el valor para abandonar su escondite, se decidan por fin a tomar posición por el verdadero Señor, en contraste con los falsos cristos que intentan mantener adormecido al "pueblo con liviandad, diciendo, Paz, paz; y no hay paz" [en la complacencia egoísta y culpable de Laodicea] (Jer. 6:14).

Los muchos "Elías" que Dios va a suscitar, proclamarán un preciosísimo mensaje que va a alumbrar toda la tierra con su gloria (Apoc. 18:1).

R.J.W.-L.B.