Querido amigo y amiga:

¿Deberíamos estar atemorizados por el juicio venidero? ¿Se trata de algo similar al examen de fin de curso, que hace temblar a los estudiantes y les produce angustia? Ciertamente hay un juicio que precede al regreso de Cristo: de otra forma no podría traer su "galardón... para recompensar a cada uno según sea su obra" (Apoc. 22:12). Y antes de que pueda haber una resurrección, tiene que darse un proceso de investigación en el que se decida quién es digno de participar en la gloriosa primera resurrección (Luc. 20:35). Ahora bien, ¿podemos saber cuándo ha de tener lugar ese juicio previo al advenimiento de Cristo? Efectivamente, tal como revela la profecía de los 2300 días de Daniel 8:14.

Hacemos una breve exposición de la misma:

    (1) El Día de la Expiación del servicio del santuario hebreo, era como un esquema didáctico para ilustrar ese juicio final previo al regreso del Señor en gloria.

    (2) No era el propósito del Señor condenar a su pueblo en ese Día, "porque en ese día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová" (Lev. 16:30).

    (3) Ese es precisamente el propósito del juicio investigador: no el condenar al pueblo de Dios, sino "limpiarlo", de forma que esté preparado para el encuentro con el Señor en su regreso.

    (4) Hay pecado, conocido o desconocido para nosotros, que hemos de reconocer, abandonar y "vencer" (Apoc. 3:21), de forma que los que siguen al gran Sumo Sacerdote en su obra culminante de expiación (reconciliación) no sean destruidos por el resplandor de la venida de Jesús. ¡Va a ser el momento culminante de toda la historia de la humanidad!

    (5) Tu Sumo Sacerdote es el mismo que dio su vida por ti en la cruz, y no desea de ningún modo condenarte. Tiene por ti un amor que es más fuerte que la muerte. Por el contrario, VINDICARTE es su único deseo en ese juicio que ahora está en curso.

    (6) No se lo impidas. Coopera con él en su magnífica obra en tu favor.

    (7) Quienes tradujeron la Septuaginta –150 años antes de Cristo-, discernieron claramente en la profecía de los 2300 días de Daniel 8:14 una referencia al Día de la Expiación, y muchos años antes de que existiera ninguna comunidad de fe llamada Adventista del Séptimo Día, eruditos cristianos comprendieron que 1844 señalaba el inicio del cumplimiento de esa profecía. De acuerdo con ello, hoy estamos viviendo en ese gran Día de la Expiación, de limpieza, de borramiento del pecado de quienes han puesto toda su fe en Cristo. Pero no puede darse un borramiento en los registros, sin que el pecado haya sido expulsado del corazón.

    (8) Sólo la contemplación del amor de Dios manifestado en el don de Cristo, puede expulsar el pecado del corazón. Si quieres que la venida del Señor no te sobrecoja "como ladrón", nunca apartes tus ojos del Calvario.

R.J.W.-L.B.