Querido amigo y amiga:

La historia de este mundo, tal como la presenta la Biblia, abarca un período de aproximadamente seis mil años. Profundos estudiosos de la Biblia han llegado a la conclusión de que la segunda venida de Cristo y el final de la gran controversia con Satanás, tendrían lugar dentro de ese período (desde que Dios creó vida en el planeta).

Pero la "ciencia" evolucionista exige que las mentes racionales crean que esta tierra tiene millones de años de antigüedad. No puede ser más intenso el conflicto entre creer lo que dice la Biblia, y esa antigua filosofía. Todos los profetas bíblicos, y Jesucristo en particular, aceptaron sin reservas la veracidad del relato de Génesis, según el cual nuestro origen es el resultado directo de un milagro creador de Dios, ocurrido en seis días literales. Si tal cosa no sucedió nunca, ¿qué seguridad podemos tener sobre la veracidad de otros milagros mencionados en la Biblia, como por ejemplo el nacimiento virginal de Jesús, o su resurrección? Y si esas cosas nunca ocurrieron, como dijo el apóstol Pablo, "vuestra fe es vana, aún estáis en vuestros pecados" (1 Cor. 15:16-19).

Acaban de llegar noticias (diciembre 2003) del ‘Institute for Creation Research’, relativas a experimentos científicos realizados con la difusión del Helio en las rocas graníticas, que "apoyan una edad de solamente seis mil años".

"Los cristales radiactivos son comunes en las rocas de granito... [y] emiten partículas alfa, que son núcleos de átomos de Helio... La difusión... hace que los átomos de Helio desaparezcan rápidamente de la mayor parte de los materiales". Las mediciones hechas por geólogos evolucionistas en 1974, les convencieron de que las grandes pérdidas de Helio indicaban que la antigüedad de la tierra era de unos mil quinientos millones de años. Supusieron que el coeficiente de difusión se había mantenido constante desde el principio.

Se enviaron al ‘Oak Ridge National Laboratory’ para su análisis, muestras de granito tomadas del centro de grandes fragmentos. La conclusión: "Los datos nos permiten calcular con mayor exactitud por cuánto tiempo ha venido teniendo lugar la difusión [del Helio]. El resultado es seis mil –más o menos dos mil- años... Dios aceleró de forma drástica los ratios de desintegración... durante el diluvio del Génesis... Esa desintegración nuclear acelerada colapsa la teoría de las [largas] ‘edades’ uniformes, llevando a la cronología bíblica de miles de años".

A lo largo de la gran controversia con Satanás, una y otra vez, los que creen la palabra de Dios han sido ridiculizados; pero Dios los vindicó siempre. Ahora bien, parece necesario que primero nos mantengamos solos ante la corriente secular, en prueba de nuestra fe. "Yo os envío como a ovejas en medio de lobos", dijo Jesús. "Pero el que persevere hasta el fin, este será salvo" (Mat. 10:16-22). El Señor espera que no nos avergoncemos de él, ni de sus palabras (Luc. 9:26). Los conflictos aparentes entre la ciencia y la teología merecen un estudio reflexivo y ferviente. No queremos ser fanáticos, y aún menos incrédulos de la preciosa verdad de Dios. Su promesa a quienes ejercen una fe inteligente en su palabra, es: "Nunca jamás os avergonzaréis ni seréis afrentados" (Isa. 45:17).

Y efectivamente, "aún no es el fin" (Mat. 24:6). Nos esperan aún importantes eventos, en relación con una mayor comprensión de "la verdad del evangelio", y también nuevos avances en la comprensión de la verdadera ciencia.

R.J.W.