Querido amigo y amiga:

Alguien pregunta: ¿Cómo es posible que Cristo muriese la segunda muerte, siendo que resucitó al tercer día?

(1) "Cristo murió por nuestros pecados". "Derramó su vida hasta la muerte". "La paga del pecado es muerte" (1 Cor. 15:3; Isa. 53:12; Rom. 6:23).

(2) La Biblia declara que lo que solemos llamar muerte, se trata en realidad de sueño (1 Tes. 4:16 y 17; Juan 11:11-14). Pero no es esa la "paga" del pecado. No es un viaje vacacional al paraíso (una coma y un "que" caprichosamente situados, en Lucas 23:43, hace pensar a muchos que Jesús pasó ese fin de semana en la gloria). La "paga del pecado" no es ciertamente un fin de semana de descanso. Es lo que Apocalipsis 2:11 y 20:14 describe como la "muerte segunda": no la tortura sin fin de una existencia consciente, sino la auténtica muerte, que significa adiós a la vida para siempre.

(3) La muerte segunda consiste en ser "maldito por Dios" (Deut. 21:22 y 23). Pablo citó ese texto de Moisés, cuando afirmó que Cristo se hizo "maldición por nosotros, pues está escrito: ‘Maldito todo el que es colgado en madero’" (Gál. 3:13). ¡Es imposible comprender su cruz, si ignoramos eso!

(4) Si "Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros" (Isa. 53:6), entonces Cristo llevó sobre sí todo el horror de la culpabilidad de quienes se pierdan eternamente, habiendo despreciado su sacrificio en favor de ellos.

(5) Ese horror se nos muestra en el pasaje de Apocalipsis que describe la muerte segunda: "Los libros fueron abiertos... Y fueron juzgados los muertos [tras haber resucitado] por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras" (20:12). ¿Puedes imaginar el horror de alguien que participe en esa segunda resurrección para hacer frente al siniestro registro anotado en los libros contra él? ¡Asesinó al Hijo de Dios, y nunca se arrepintió por ello! Cada célula de su ser arderá en condenación de sí mismo. La destrucción en el lago de fuego será para él un final deseado para esa miserable existencia que eligió definitivamente para sí.

(6) "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado" (2 Cor. 5:21). Cristo llevó nuestros pecados en su cuerpo, sobre el madero. Bebió hasta el final ese amargo trago, clamando: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" Ese abandono es la muerte segunda. Jesús lo sintió en su plenitud. Se hizo "obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Fil. 2:8).

Eso significa que su amor por ti es más fuerte que la muerte.

R.J.W.