Querido amigo y amiga:

¿Qué dice el Apocalipsis sobre el Islam?

(1) En visión, Juan lo vio como "una estrella que cayó del cielo a la tierra", y como "humo del pozo [abismo]" (9:1 y 2). Historiadores islámicos describen la desoladora cultura del desierto de Arabia antes del surgimiento de Mahoma como un "abismo", empleando de forma inconsciente la misma palabra que el Apocalipsis. Representa adecuadamente al desierto de Arabia, de donde procedieron los invasores árabe-musulmanes que el versículo 3 compara a plaga de langostas.

(2) En el mismo capítulo, eruditos bíblicos han identificado la representación del increíble auge político, militar y cultural que experimentó el Islam, tras la muerte de Mahoma. Fue sin duda alguna la civilización que más brilló por siglos, durante ese período descrito por los historiadores como "el medio día del papado, que fue la media noche del mundo [occidental]".

(3) Hay en Apocalipsis 9 una detallada profecía de tiempo referente a la supremacía político-militar del Islam: "una hora, un día, un mes y un año" (v. 15). La construcción de la frase en el griego original no es de estructura puntual, sino lineal. No señala un punto en el tiempo, sino que define la amplitud de un período; por lo tanto, demanda ser interpretada según el principio profético de día-año. El pastor metodista Josías Litch parece haber sido el primero en dirigir su atención al año 1838 de la historia profética. Consideró ese tiempo como 391 años y 15 días literales, a partir de la supremacía del Islam sobre los últimos restos del Imperio Romano en 1449 (en 1453, cuatro años después, caería Constantinopla). La clara implicación del capítulo 9 es que la supremacía del Islam tendría un final.

(4) No es nuestra intención comprobar si las conclusiones del pastor Litch eran correctas en todos sus detalles. Lo que queremos destacar es esto: la profecía bíblica no predice un triunfo final del Islam sobre el mundo. Tampoco señala el conflicto entre el Islam y el cristianismo como la clave para el desenlace de la crisis final. La profecía bíblica centra el interés en un conflicto que está por venir, entre (a) un mensaje de verdadera fe en Cristo, que ha de iluminar "la tierra con su gloria" y (b) su falsificación, descrita en la Biblia como "la marca de la bestia" (Apoc. 14:6-12; 13:11-18; 18:1-4).

"Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca" (1:3).

R.J.W.