Querido amigo y amiga:

¿Te has sentido malinterpretado, humillado, injustamente perseguido? ¿Sabes lo que es sufrir oposición? ¡Bienvenido al "club de David"! El Espíritu Santo ha provisto especialmente para ti un "libro de plegarias" donde encontrarás reflejados con increíble exactitud cada uno de esos problemas que afligen tu vida, junto con la solución específica para cada uno de ellos. Se trata de los Salmos, y has de leerlos para creerlo (puesto que la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios).

Te sientes indigno de pronunciar las oraciones que David escribió, como haciéndolas salir de tu propio corazón. Sabes que él era el "ungido de Jehová" y tú tienes ese profundo sentimiento de no serlo. No obstante, el Señor te invita a que hagas precisamente eso, a que te identifiques con David en sus plegarias. Y ésta es la razón: El rey David tuvo un Hijo, un Descendiente lejano que se sumergió profundamente en esos salmos, hasta el punto de ser llamado el "Hijo de David". Y es él mismo quien te invita a identificarte con David y a "orar" sus salmos como si salieran de ti mismo. Así lo hizo él. Tu sentimiento de indignidad es precisamente la mejor cualificación, y la Palabra te dice que Dios te "predestinó" para ser su hijo adoptivo por Jesucristo, conforme al designio de su voluntad, haciéndote acepto en el Amado (Efe. 1:5, 6).

Jesús te invita a orar en su nombre. Pone a tu entera disposición toda la fortaleza que él recibió del libro de los Salmos. Puede parecerte difícil de aceptar el que un pobre mortal sea exaltado de esa manera, pero haz la prueba y verás como el resultado será la paz, el profundo agradecimiento, la reverencia y humildad ante Dios, y el respeto y aprecio hacia tus semejantes. David sufrió la oposición, fue mal comprendido, incluso padeció el odio de parte de quienes se preciaban de ser el pueblo de Dios, los israelitas, sus propios hermanos.

Puedes sufrir problemas en tu propia familia (tal fue el caso de David, y también el de Jesús). Quizá problemas en el trabajo. Hasta podrías sufrirlos en la iglesia, el lugar al que uno acude en procura de ánimo y consuelo... Y lo que es peor, puedes sufrir problemas en los tres sitios a la vez. Pues bien, es tu privilegio el recordar que hay un Dios en los cielos, que hay una corte suprema en el universo, ante la cual no existe apelación posible. David recurrió frecuentemente a esa corte suprema, y así puedes hacerlo tú. "Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salvará a los contritos de espíritu. Muchos son los males del justo; mas de todos ellos lo librará Jehová" (Sal. 34:18 y 19). En el momento mismo en que lees este mensaje, esa corte está reunida en juicio, está en sesión permanente para ti. Acude a ella sin tardar, porque no sabes si mañana podrás hacerlo. Te sugiero un camino rápido para llegar: el camino de los Salmos. Prueba la calle 35, la 37, la 40... ¡Hay 150, y no sabría decirte cuál es más directa!

R.J.W.-L.B.