Querido amigo y amiga:

El cristianismo mundial está regido por uno u otro de dos principios diferentes y opuestos, que parten de dos concepciones diferentes de Jesucristo.

Un sistema toma la Biblia como fuente suprema e inapelable de verdad, por ver en ella la revelación de la voluntad divina, y por ser ella misma la revelación máxima de la persona de Jesucristo. La enseñanza básica y fundamental es que Dios amó de tal manera al mundo, que DIO a su Hijo unigénito (no lo prestó por unos años), de forma que Cristo sigue estando presente en la tierra en el seno de su iglesia. Esa presencia se manifiesta mediante el único y auténtico Vicario que él mismo señaló: el Espíritu Santo dado a todo creyente (Juan 14:16 al 18). Por contraste, el otro sistema cree sinceramente que un hombre, un hombre falible que necesita pedir perdón por sus propios pecados (lo mismo que cualquier otro hombre), es el vicario de Cristo.

Entre una y otra concepción, tan alejadas como el norte del sur, han pasado siglos de historia y millones de personas. Muchas de ellas perseguidas, y otras perseguidoras.

Un sistema coloca la autoridad en manos de un hombre, de un aparato humano. Es intrínsecamente ávido de poder y está basado en un esquema PATERNALISTA. La historia da testimonio de cuán a menudo ha llevado a la imposición y al uso de la fuerza. De hecho, la Biblia revela sin ambigüedades que la segunda venida de Cristo sorprenderá a unos "cristianos" persiguiendo a muerte a los otros. El otro sistema está basado en un esquema de FRATERNIDAD (Mat. 23:8 y 9), y no conoce otro poder que el poder del amor. La única imposición que conoce es ésta: "El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos son muertos; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, mas para aquel que murió y resucitó por ellos" (2 Cor. 5:14 y 15).

No podrás permanecer al margen de las dos opciones. Cada una de ellas tiene su propia marca específica, y una excluye a la otra. Pronto llegarán a ser perfectamente visibles. Aún no lo son, pero cada día te estás decidiendo por una o por la otra.

El amor de Cristo te "impondrá" necesidad de seguirle con todas sus consecuencias (la más destacada de ellas, la vida eterna). En caso contrario, te verás atrapado en la imposición del otro sistema, sea por engaño o sea por conveniencia (Apoc. 13:14 al 17). No tiene por qué pasarte. Una voz del cielo dice: "Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas" (Apoc. 18:4). Salir, ¿a dónde? "Aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús". "El Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que tiene sed, venga: y el que quiere, tome del agua de vida de balde" (Apoc. 14:12; 22:17).

R.J.W.-L.B.