Querido amigo y amiga:

Una de las noticias de la prensa estadounidense es que sus diversos ejércitos están teniendo auténticos apuros para reclutar suficiente número de soldados para cubrir las vacantes. La razón principal de esa escasez, que alcanza dimensiones catastróficas, es la floreciente bonanza económica. Los jóvenes obtienen hoy fácilmente puestos de trabajo bien remunerados. La defensa de la nación no es para ellos prioritaria. ¿Quién está interesado en un trabajo que implica disciplina, riesgo y escasa ganancia, cuando es posible ganar un buen dinero sin moverse de la pantalla del ordenador? ¿Quién prefiere jugarse la vida antes que estar en la oficina, disfrutando del aire acondicionado? Es comprensible.

¿Qué tal éxito tiene Dios al reclutar soldados para su obra? ¿Quién está dispuesto a entregar su vida en una disciplinada carrera de servicio a Jesús, siguiéndole en la negación del yo? ¿Quién está dispuesto a seguir a Pablo y a los otros apóstoles, considerando como "estiércol" todas las cosas que el mundo ofrece y aprecia, a fin de tomar la cruz cada día y seguir a Cristo en una vida como la suya? Hoy es más fuerte que nunca la tentación a vivir para uno mismo. El razonamiento resulta especialmente atractivo para los miembros de iglesia: 'Gana todo el dinero que puedas. Eso sí, guarda el sábado y ve a la iglesia (en los cinco o seis días restantes puedes ganar todo el dinero necesario para comprar casi cualquier cosa que tu corazón desee). No olvides los diezmos y ofrendas. Y con ello habrás cumplido las condiciones para ser un cristiano. En el caso de que tu conciencia te molestara todavía, puedes dedicar una o dos semanas a ayudar en la edificación de una iglesia o escuela en México o Guatemala. Tómate unas saludables vacaciones misioneras'.

Lo cierto es que hoy estamos viviendo en Sodoma y Gomorra, cuyos habitantes "gozaban" de "soberbia, hartura de pan y abundancia de ociosidad" (Eze. 16:49). Esa es la forma en la que la Biblia se refiere a nuestro "estado del bienestar". Ese olvido de Dios resultó en depravación. La plétora de objetos a comprar y de formas de divertirse, no tiene precedentes en la historia de este mundo. Sólo es comparable a los días previos al diluvio de Noé. Sus contemporáneos se sorprendían ante ese hombre que dedicaba su tiempo y esfuerzos a construir una embarcación sobre la tierra seca, mientras que todos los demás disfrutaban entregados a la ganancia de dinero y a las diversiones (Mat. 24:37 y 38).

Pero Noé "llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe" (Heb. 11:7). Si decides 'heredar' el verdadero conocimiento de ese mensaje de la justicia que viene por la fe, todos los tesoros del mundo palidecerán en la insignificancia que realmente son. La comprensión de la gracia que sobreabunda por encima de todo el pecado del mundo (Rom. 5:20) te motivará a vivir para Aquel que murió por ti.

Sí, Dios está reclutando obreros para su "ejército". Cristo no sufrió ni murió en vano. Si el mundo sigue en su desenfrenada carrera hacia la destrucción, Cristo te dice: "¿Qué a ti? Tú, sígueme".

R.J.W.-L.B.