Querido amigo y amiga:

La segunda venida de Cristo a esta tierra, (1) ¿es inminente?; (2) ¿está cercana? (3) ¿hay alguna diferencia entre ambas cosas?

"Inminente" procede de una voz latina que significa 'Que amenaza o está por suceder prontamente, en especial hablando de un riesgo'. La Biblia no utiliza nunca esa palabra al referirse a la próxima venida de Jesús. Más bien habla de ella en términos de "la bendita esperanza, la gloriosa aparición de nuestro gran Dios" (Tito 2:13).

La doctrina popular, según la cual la segunda venida ha venido siendo "inminente" desde los días de los apóstoles, hace un flaco favor a "la bendita esperanza" en los corazones humanos. Esa auténtica y bendita esperanza no tiene nada que ver con el miedo ante una amenaza, no es de carácter egoísta, no es una preocupación centrada en el interés individual y propio, sino un deseo de ver solucionado el sufrimiento de este mundo, y el sufrimiento de Dios. ¿Habrán acaso de continuar por siempre la injusticia, el dolor y la desesperación? ¿No hay otra "esperanza" para el mundo, distinta de las guerras, derramamiento de sangre y opresión que nos han deparado los últimos 2000 años?

Si bien no podemos conocer "el día y la hora", los libros de Daniel y Apocalipsis señalan un marco profético de acontecimientos cumplidos que nos llevan desde la vaga "inminencia" hasta la cercanía del tipo "a las puertas", "esta generación". Los 1260 años de persecución religiosa protagonizada por el cristianismo popular en su alianza ilícita con el poder temporal, según Daniel 7 y Apocalipsis 12 y 13, nos sitúan en el "tiempo del fin" (expresión de Daniel 11:35 y 12:4), un "tiempo" ciertamente distinto al de los apóstoles. Las "señales" dadas en Mateo 24:29 y Lucas 21:25 han hallado exacto cumplimiento en la historia reciente. Sólo una "señal" aguarda su pleno cumplimiento: "Este evangelio del reino será predicado en todo el mundo, por testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin" (Mat. 24:14).

La "demora" ha confundido a muchos creyentes, y hemos de hacerle frente de forma honesta. No es que Cristo haya demorado su venida. Es su iglesia la que la ha hecho demorar. El problema de fondo es comprender en qué consiste ese "evangelio del reino" que ha de ser predicado en todo el mundo. En directa relación con la comprensión de ese evangelio, Jesús apela a su iglesia en estos últimos días: "Sé, pues, celoso, y arrepiéntete" (Apoc. 3:19).

La solución a la demora no es la predestinación, sino el arrepentimiento de su pueblo, personalizado especialmente en sus dirigentes, el "ángel" (vers. 14). El problema de raíz se encuentra en una orgullosa actitud de 'yo soy rico y estoy enriquecido'. ¿Las buenas nuevas?: "oro afinado en fuego" (fe), "vestidos blancos" (justicia) y "colirio" (discernimiento) ofrecidos en el versículo 18. (Discernir) la (justicia) por la (fe). La fe que obra por el amor. El mensaje del tercer ángel, en verdad. Dios tiene el poder. Tú tienes la palabra (Rom. 10:8-10).

R.J.W.-L.B.